El cristalino es el segundo lente más importante del ojo después de la córnea. El cristalino se localiza detrás del iris (la parte de color) y sirve para enfocar a diferentes distancias lo cual logra cambiando su curvatura de acuerdo a las necesidades de visión lejana o cercana.
Para que la visión se de, es necesario que tanto el cristalino como la córnea sean perfectamente transparentes permitiendo que la luz pase a través del ojo hasta la retina que es donde realmente empieza la visión.
Pero es muy común que después de la sexta década de vida, el cristalino pierda transparencia debido a diferentes razones, y cuando ésto sucede se habla de la aparición de cataratas.
Al inicio de las cataratas, la mala visión suele corregirse con lentes, cuya graduación se irá cambiando a medida que el tiempo pasa y la catarata se vuelve más densa. Hasta que llega el momento en que no encontramos un lente que mejora la visión y se recurre a la extracción de la catarata para mejorar la visión. Pero el cristalino que se quita del ojo debe reemplazarse con un lente del mismo poder y en el mismo lugar, llamado lente intraocular.
Después de la cirugía de catarata casi seguramente deberán usarse lentes para corregir la pequeña graduación debida a la misma cirugía.