El lente de contacto es una opción muy cómoda para los usuarios de lentes que se sienten cansados de usar armazón. Usando lentes de contacto uno puede practicar cualquier actividad física, cambiar su apariencia en algunas ocasiones, aumentar la visión periférica cuando maneja, o simplemente probar otra opción.
Pero no debe olvidarse que el lente de contacto es un cuerpo extraño adentro del ojo y no dejará de serlo a pesar de todos los adelantos tecnológicos que se usan en su fabricación. Por esto es importante no descuidarnos en su limpieza.
Aunque uno compre el mejor lente de contacto del mercado, el más bonito, el más caro, el más avanzado, si el lente no se maneja con limpieza, el ojo se infecta. No existen lentes de contacto que no deban cuidarse. Si esto nos queda claro, el resto es fácil.
Generalmente debemos usar una solución salina para limpiarlos y para guardarlos en ella. Debe cuidarse el manejo de las botellas de solución salina para evitar su contaminación, tratando de que quede bien cerrada y manteniéndola en un lugar limpio. Yo sugiero siempre comprar solución salina en botellas chicas para que se acaben rápido y preferentemente estar cambiándolas con frecuencia por soluciones nuevas.
No hago mucho énfasis en las marcas porque B&L (Baush and Lomb), que es la más prestigiosa, se vió envuelta en problemas de contaminación hace pocos años, y los usuarios europeos fueron alertados en cuanto a su uso.
Prefiero sugerir la compra de cualquier marca, pero en botellas chicas, y manejar la solución, el estuche y el lente con extremo cuidado y limpieza. Creo que con eso los lentes de contacto funcionarán como una buena opción.