Este es un resumen del tema Ojo Seco expuesto por Karina Silva Romano en el 4to Congreso de Optometría en Morelia.
La lágrima tiene una función óptica, mecánica, nutritiva, defensiva y lubricante. De tal manera que un defecto en su función puede afectar de distintas maneras el buen estado del ojo.
La inestabilidad de la película lagrimal puede deberse tanto a problemas de salud como a factores ambientales, y va a provocar ardor, resequedad, ojo rojo, cansancio, sueño, sensación de ojos arenosos. A este conjunto de síntomas se le conoce como ojo seco.
Entre los problemas de salud que pueden provocar ojo seco están las deficiencias hormonales, artritis reumatoide, alergias, síndrome de Sjögren, el uso de anticonceptivos y diuréticos, y es un efecto colateral importante de la cirugía refractiva.
Entre los factores ambientales se pueden mencionar el uso de lentes de contacto, el uso de computadoras, la contaminación ambiental y el uso de aire acondicionado. Factores todos estos que tienden a resecar la lágrima.
Existen varios métodos para diagnosticar el ojo seco, entre ellos la prueba de Shirmer, que funciona midiendo la cantidad de lágrima que es absorbida por una tirita de papel colgada del ojo en un determinado tiempo. Pero la más sencilla se puede hacer en la casa deteniéndose los párpados abiertos entre los dedos índice y pulgar, y contar –reloj en mano- los segundos que puede mantener los ojos abiertos sin que sienta ardor. Si el tiempo es menor de 8 segundos, puede ser que esté presentando problemas de ojo seco.
El ojo seco se presenta en la cuarta parte de las personas de entre 30 y 60 años, en el 80% de las personas mayores de 60 años, en el 50% de los usuarios de lentes de contacto y en el 30% de quienes se someten a cirugía refractiva.
El tratamiento del ojo seco es mediante la aplicación de lágrima artificial, en sus distintas modalidades y presentaciones. El especialista del cuidado de los ojos le puede sugerir la más adecuada.