29 julio 2009

Deficiencias para leer

En algunos estudios realizados con gemelos idénticos se encontró que los gemelos de cada par tenían idénticas dificultades para leer. Lo que hace suponer que el potencial para habilidades excepcionales así como para deficiencias para la lectura es básicamente heredado.

Existen algunos profesionales del cuidado de los ojos que consideran que la dificultad para leer se basa en errores de refracción, los movimientos de los ojos, la coordinación músculoocular y la confusión de la derecha con la izquierda. En base a esto se ofrecen cursos que suelen durar muchos años para niños que son lectores deficientes. Dedican tiempo a seguir una canica que rueda alrededor de una charola para pizza y mantener el equilibrio sobre una tabla, haciendo ejercicios en los cuales los ojos son entrenados para trabajar juntos.

Pero numerosos estudios han demostrado en repetidas ocasiones que la presencia de defectos del ojo y la incoordinación músculoocular tienen poco que ver con la habilidad para leer. En la sociedad moderna los títulos universitarios son necesarios para alcanzar el éxito y éstos no están al alcance de los malos lectores. Entonces, para el preocupado padre de un lector deficiente tiene sentido saber que el niño es un lector deficiente porque no aprendió a usar sus ojos, manos, cuerpo en la secuencia natural adecuada. Los ejercicios tratan de hacer que el paciente empiece de nuevo, volviendo a aprender las habilidades de la percepción necesarias en el orden adecuado.

Con un gran porcentaje de lectores deficientes, no es extraño que los padres y optometristas bien intencionados pongan a prueba todo lo que parezca lógico. Desafortunadamente, estos métodos de reeducación mediante ejercicios no parecen mejorar la lectura (Carlson y Greenspoon, 1968)

Muchas escuelas tienen programas para niños con problemas de aprendizaje y lectura deficiente, y aunque estos niños rara vez son ávidos lectores, pueden funcionar a un mejor nivel que antes.

En mi experiencia personal he visto que los niños que practican la lectura leen mejor que los que solo cumplen con ir diariamente a la escuela. Desafortunadamente, que los niños lean bien no parece ser una prioridad de nuestro deficiente sistema educativo, y los padres solemos dejar en manos de la escuela la formación de nuestros hijos.

Referencias: