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14 octubre 2009

Lectura: Primera de tres partes

No puede hacerse un resumen de Para leerte mejor de Felipe Garrido sin perderse algo bueno porque todo el libro es muy interesante, plagado de citas de otros autores tan apasionados como él en el tema de la lectura, de modo que citaré solo algunos párrafos.

El libro explora, según su autor, por curiosidad y placer, algunos mecanismos de la formación de lectores. Los métodos para enseñar a leer en los últimos cinco siglos parecen no haber variado grandemente desde que se escribió en 1542 la Cartilla o arte breve y bien compendiosa para enseñar a deletrear y leer perfectamente y con mucha facilidad y con todas las más abreviaturas que se pudieran hallar. Los diferentes métodos son variantes de los que iniciaron en la lectura a Sor Juana o a Guillermo Prieto y por lo visto ahí no hay mucho qué innovar.

Según Frank Smith, de los miles de estudios realizados para comparar los diferentes métodos para enseñar a leer se ha sacado la única conclusión de que todos permiten alcanzar algún resultado, con algunos niños, algunas veces. No es probable que un método nuevo supere a los que ya se conocen, aunque esté apoyado –o complicado- por los recursos deslumbrantes de la nueva tecnología.

De acuerdo con algunos autores la lectura es el instrumento más eficaz para aprender a organizar la información y el conocimiento de manera útil para resolver problemas cotidianos. De aquí que exista una relación positiva entre el inicio temprano de la afición a leer y el éxito académico. Desde hace décadas, las serias deficiencias que aquejan al aprendizaje de la lectura y la escritura –en todos los niveles- han sido uno de los lastres más pesados de nuestro sistema educativo. La mayor de esas deficiencias es resignarse a la enseñanza de la lecto-escritura, en lugar de tener como meta, desde un principio, la formación de lectores.

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