El siguiente es un resumen del tema Diagnóstico de Glaucoma, expuesto en el Quinto Congreso de Actualización en Optometría que se realizó el mes de octubre en Morelia, Michoacán.
En la exposición, la Opt. Yosani López Valle, Jefa de la Sección Académica de la Carrera de Optometría de la UNAM explica que el glaucoma es una neuropatía óptica, que provoca un cambio en la papila y deterioro del campo visual.
Según la Organización Mundial de la Salud existen 314 millones de personas con discapacidad visual de las cuales 45 millones son ciegas y se cuenta el glaucoma como la tercera causa de ceguera a nivel mundial. En México hay 3 millones de personas con glaucoma.
El optometrista es un especialista del primer nivel de atención por lo que es importante que pueda diagnosticar el glaucoma, ya que es una enfermedad asintomática. En los latinos mayores de 40 años, el 8% presenta alteraciones oculares relacionadas con glaucoma; el 15% de edades entre 50 y 55 años, 30% en mayores de 70 años.
El tipo de glaucoma más común es el de ángulo abierto y alrededor del 70% no presenta síntomas, por ese motivo todos los adultos mayores de 40 años deben ser revisados cuidadosamente por el optometrista.
La causa de la aparición del glaucoma se desconoce, y aún sobre el modo en que produce ceguera hay varias teorías. Una de las cuales se refiere a que el riego deficiente de la cabeza del nervio óptico destruye las fibras nerviosas.
Los factores de riesgo a tomar en cuenta por el optometrista serán: edad, herencia, diabetes, presión arterial alta, migraña, miopía, uso de corticoides. Si la presión intraocular es mayor a 21 mmHg con desviaciones de más o menos 6 mmHg puede no provocar ninguna molestia. Se valora si hay asimetría en el disco óptico, sobre todo si el radio es mayor en el eje vertical, y en un ojo más que en el otro. Se anotará si hay hemorragias en astilla en la retina, o si los vasos están desplazados al lado nasal, comparando siempre con el otro ojo. Se debe esperar que el daño al nervio óptico sea proporcional al daño en el campo visual.
Detectar los cambios oculares a tiempo y enviar al paciente a tratamiento oftalmológico puede disminuir los índices de ceguera.