El siguiente es un resumen de una entrada que publicó Pablo Artal en su blog. Pablo Artal es un físico español de la Universidad de Murcia cuyo trabajo principal es sobre óptica visual.
Con frecuencia recibo preguntas de padres preocupados acerca de cómo va a evolucionar la miopía en sus hijos. Este es un tema muy complejo y no quiero crear falsas expectativas, pero me gustaría mostrar algunos de nuestros recientes resultados, parte de los cuales fueron publicados en Journal of Vision, acerca de las propiedades ópticas de los miopes y emétropes y cómo estos resultados podrían ser usados eventualmente en el diseño de lentes para controlar la progresión de la miopía.
Un ojo miope es demasiado largo en relación a su longitud focal. La imagen producida por un objeto distante se proyectará por delante de la retina y sobre la retina se verá borrosa.
Aunque la predisposición a desarrollar miopía es hereditaria, el exagerado crecimiento del ojo es propiciado por el ambiente. Son las impresiones visuales las que pueden controlar el crecimiento del ojo y con ello la progresión de la miopía. Esto ha sido confirmado en varios estudios en modelos animales. El mayor crecimiento del ojo durante el desarrollo de la miopía es, pues, inducido por el efecto borroso de la imagen en la retina, pero hasta ahora no se sabe qué partes de la retina son las más susceptibles.
Normalmente no nos damos cuenta de los errores ópticos en nuestro campo visual periférico; y aunque esto no afecta nuestra capacidad visual, se piensa que afecta el crecimiento del ojo y por tanto el desarrollo de la miopía. Se ha demostrado que el riesgo de volverse miope aumenta si se tienen errores refractivos periféricos que sitúan la imagen clara detrás de la retina periférica y se ha encontrado que los ojos miopes son menos miopes en la periferia comparados con los emétropes e hipermétropes. Por lo tanto se han sugerido algunos diseños de lentes para proporcionar un desenfoque miópico a la retina periférica, es decir, para ubicar las mejores imágenes enfrente de la retina periférica y así inhibir el posterior crecimiento del ojo.
Hay varias patentes con diseños de corrección óptica que le dan al ojo un creciente desenfoque miópico hacia la periferia. El problema es que también inducen efectos no deseados en el campo visual cuando el ojo gira.
En nuestro reciente estudio publicado en Journal of Vision sobre errores refractivos periféricos en ojos emétropes y miopes, medimos la curvatura del campo del ojo más allá de los 40 grados horizontales y los 20 verticales con un sensor de frente de onda Hartmann-Shack, especialmente diseñado para medidas periféricas. Hay algunas partes de la retina en las cuales los emétropes y los miopes difieren más (siendo los miopes relativamente menos miopes hacia la periferia), especialmente la retina temporal, pero también la parte superior. Estas partes por lo tanto parecen ser los mejores candidatos para la corrección periférica. Basados en estos resultados hemos propuesto un nuevo lente que manipule la calidad de la imagen en la región de la retina donde se ha encontrado que las diferencias son más grandes entre emétropes y miopes, es decir en la retina temporal, o hacia la porción superior dependiendo del perfil de refracción del sujeto.
Típicamente el diseño de la corrección tiene como objetivo el tratamiento de la retina periférica correspondiente a la parte nasal e inferior del campo visual. Los lentes que proponemos serían parecidos a los progresivos que se usan actualmente para corregir la presbicia.
Hasta aquí, esta es solo una idea que necesita pruebas posteriores en sujetos reales bajo condiciones experimentales controladas. Por ahora, tenemos la evidencia de que el estado óptico periférico es diferente en miopes e hipermétropes. Pero no sabemos todavía si esto es una causa o una consecuencia.
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