Aparentemente no existían instrumentos visuales en tiempos de los antiguos egipcios, griegos o romanos. Al menos esto se asume por una carta escrita por un prominente romano alrededor del año 100 antes de Cristo, en la cual comenta su resignación ante el envejecimiento y se queja de no poder leer por él mismo, teniendo que pedirlo a sus esclavos.
Del romano Séneca nacido alrededor del año 4 antes de Cristo, se dice que leyó “todos los libros en Roma” viéndolos a través de una esfera de cristal llena de agua para producir magnificación. Nerón usaba una esmeralda sobre su ojo mientras observaba las luchas de gladiadores. Esto no prueba que los romanos supieran algo de lentes, ya que es probable que Nerón usara la esmeralda para filtrar la luz del sol mediante el color verde.
Ptolomeo menciona el principio general de la magnificación; pero los lentes disponibles en ese entonces no eran adecuados para su uso en aumentos exactos.
El lente más viejo fue encontrado en las ruinas de Nínive y estaba hecho de cristal de roca pulido, de pulgada y media de diámetro. Aristófanes en “Las Nubes” se refiere a un cristal para quemar agujeros en el pergamino y también menciona el uso de cristales para quemar, a fín de borrar la escritura de las tabletas de cera.
De acuerdo a Plinio, los médicos los usaron para cauterizar heridas.
Hacia el año 1000 antes de Cristo fue desarrollada la piedra de leer, que nosotros conocemos como lentes de magnificación. Era un segmento de esfera de vidrio que ponía sobre el material de lectura para magnificar las letras. Esto permitía a los monges présbitas leer y fue probablemente el primer aditamento de lectura. Los venecianos aprendieron cómo producir vidrio para las piedras de lectura, y más tarde construyeron lentes que se sostenían sobre un marco frente a los ojos en lugar de ponerlos directamente sobre el material de lectura.
A los chinos a veces se les da crédito por desarrollar lentes hace dos mil años –pero aparentemente solo los usaban para proteger sus ojos de alguna fuerza maligna.
En 1268 Roger Bacon, el filósofo inglés, escribió en su Opus Maius: “si alguien examina letras o cualquier objeto diminuto a través de un cristal o vidrio o cualquier sustancia transparente, si tiene la forma de un segmento de esfera, con la cara convexa hacia el ojo, verá las letras mucho mejor y le parecerán más grandes. Por esta razón tal instrumento es útil para todas las personas, y para aquellos con ojos débiles, que podrán ver cualquier letra, incluso pequeña, si la magnificación es suficiente.”
En 1299 en un manuscrito llamado Traité de conduite de la famille, Sandro di Popozo escribió: “estoy tan debilitado por la edad que sin los vidrios conocidos como lentes, no sería ya capaz de leer o escribir. Estos han sido inventados recientemente para el beneficio de los pobres viejos cuya visión se ha vuelto débil.”
Así, parece que el primer lente fue fabricado entre 1268 y 1299. En 1306, un monge de Pisa dio un sermón en el cual decía: “todavía no se cumplen 20 años en el arte de hacer lentes, uno de los artes más útiles en la tierra, fue descubierto. Yo mismo he visto y conversado con el hombre que los fabricó por primera vez”. El nombre del verdadero inventor de los lentes permanece perdido en la oscuridad.
Referencia.