Con frecuencia la gente dice que ve manchitas frente a sus ojos, que parecen moverse con la mirada. Esas manchas pueden ser como puntos, garabatos, hilos, o cualquier otra forma, y son muy comunes. Existen debido a que, desde el nacimiento, el ojo se desarrolla con la ayuda de vasos sanguíneos creciendo en medio de él. Durante los últimos 3 meses de vida fetal, esos vasos sanguíneos se disuelven pero algunas veces no desaparecen completamente. Así, lo que se ve después del nacimiento son pequeñas hebras de antiguos vasos sanguíneos flotando en el vítreo dentro del ojo.
Esas manchas son llamadas moscas volantes. Las moscas volantes también pueden ocurrir cuando las fibras de proteína del vítreo se agrupan. Pueden ser más obvias cuando se miran superficies lisas y claras, como una pared o las páginas blancas de un libro; e incluso se pueden notar con los ojos cerrados, especialmente si estamos en un área iluminada o descansando bajo el sol.
Aunque estas moscas volantes mantienen su número constante con la edad, con frecuencia son más aparentes. La razón de esto es que el vítreo se vuelve menos gelatinoso y más líquido con la edad. Esto permite a las manchas moverse más libremente y atravesarse con más frecuencia en la línea de visión.
Las moscas volantes no causan daño, y no hay tratamiento para ellas. Se debe mencionar, sin embargo, que si una persona nota la aparición súbita de una gran cantidad de moscas volantes, o están asociadas con destellos luminosos en la visión, es recomendable consultar al oculista para asegurarse de que los ojos están bien.
Referencia
- Anshel, J. (1999) Smart Medicine for Your Eyes, New York: Avery Publishing Group.