Los parpados sirven para dos funciones principales: proteger el ojo y proveer de lágrimas. Específicamente los párpados tienen un mecanismo que bombea las lágrimas y las distribuye sobre el ojo.
La blefaritis es una inflamación del margen de los párpados y puede estar asociada con infección por bacterias o tener un origen seborréico. Las personas afectadas pueden presentar enrojecimiento del margen de los párpados, ojos rojos y mal funcionamiento de las lágrimas. El tratamiento incluye higiene de los párpados y antibióticos si es necesario.
Secundariamente la blefaritis puede causar ojo seco. Pero también factores hormonales, ocupacionales y ambientales, así como el uso de ciertos medicamentos como antihistamínicos, pueden causar ojo seco.
Las molestias provocadas por ojo seco incluyen lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento y desechos en las lágrimas.
Una lágrima anormal puede provocar queratoconjunitvitis seca, y esta anormalidad puede ser originada por la edad, los cambios hormonales, y enfermedades como el síndrome de Sjögren o deficiencia de vitamina A.
Los ojos secos pueden ser tratados con lágrimas artificiales; y en casos severos pueden usarse lentes de protección.
El orzuelo es una inflamación de los párpados que resulta de una infección por bacteria y puede ser dolorosa. El tratamiento en los casos leves puede consistir en compresas de agua caliente, pero en casos más severos puede ser necesario el uso de antibióticos.
La conjuntiva es una membrana hecha de epitelio y sustancia propia, y está dividida en la parte que cubre los párpados por dentro y la parte que cubre la esclera del globo ocular.
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva que tiene muchas presentaciones y causas. Puede ser causada por bacterias, alergias o virus.
El tratamiento para la conjuntivitis bacterial incluye instrucción sobre la higiene y terapia con antibióticos de aplicación local. La conjuntivitis por virus también requiere higiene y el uso de terapia antibiótica. La conjuntivitis alérgica puede ser tratada con antihistamínicos y de ser necesario con desinflamatorios. La mayoría de las conjuntivitis pueden ser fácilmente tratadas con agentes de aplicación local.
Sin embargo, los casos de conjuntivitis bacterial aguda, también necesitan terapia antibiótica sistémica.
El uso de lentes de contacto puede resultar en un ojo rojo por resequedad, reacciones tóxicas, irritación en la córnea y sobreuso. Cuando se presentan úlceras en la córnea debido al uso de lentes de contacto se debe descontinuar su uso de empezar un tratamiento agresivo para evitar secuelas.
Referencia