16 octubre 2013

Efectos oculares de los medicamentos sistémicos: analgésico, antihistamínico y anticoagulante

El fenómeno del dolor evolucionó como un mecanismo de alerta hacia el animal sobre algún daño real a su cuerpo. Esto entonces resultó en una respuesta evasiva para prevenir la progresión del daño.

El dolor en varias partes del cuerpo, incluyendo dolor de cabeza y ojos, es con frecuencia una de las causas más comunes por las que las personas acuden al médico.

Cuando una persona va con el médico a causa de algún dolor, lo más importante es el registro del historial detallado.

Para eliminar el dolor se usan los analgésicos. Existen muchos analgésicos que incluyen a los llamados desinflamatorios no-esteroideos DNE. El más comúnmente usado es la aspirina

Los DNE tienen una acción analgésica e inhiben la inflamación que es una respuesta protectora del cuerpo contra agresión física, química o infecciosa. La inflamación tiene cinco características: dolor, enrojecimiento, hinchazón, calor y pérdida de función.

No se conocen efectos oculares adversos por el uso de medicamentos DNE.

La histamina se secreta casi inmediatamente después de que un alergeno entra al cuerpo como una reacción inmediata de hipersensibilidad y tiene profundos efectos. La activación de los mastocitos juega un rol central en el desarrollo de la reacción alérgica ocular.

El principal antagonista de la histamina es la ranitidina. Los efectos oculares del antihistamínico son de interés académico más que de significancia clínica. A mediados de la década de 1980 se reportó que la ranitidina provocó un defecto en la visión del color de un niños de 12 años, lo que sugiere que puede tener un efecto en los conos de la retina.

Los antihistamínicos también pueden dilatar la pupila, lo que puede causar un ataque agudo de glaucoma en individuos con ángulo iridocorneal estrecho.

Los pacientes que tienen tendencia a la trombosis requieren anticoagulantes. Su uso puede provocar hemorragias intraoculares incluyendo hifema, hemorragias subconjuntivales y hemorragias retinales, pero una investigación mostró que la incidencia de esos efectos es tan pequeña que los médicos no deberían dejar de recetarla.

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