La perimetría oculocinética es una manera simple y barata de detectar daño en el campo visual provocado por glaucoma.
El aparato que sirve de base para el examen consiste en una cartilla de 30x40 cm² con un punto negro central y un patrón de 26 números en forma de espiral.
El exámen se realiza con un ojo ocluído y a una distancia aproximada de 40 cm. El sujeto se tapa el ojo que no será examinado, fija la mirada del otro ojo en el número 1 y determina si ve o no el punto negro en el centro de la cartilla.
Entonces se repite la misma operación para cada uno de los 25 números, cada vez determinando si el punto central negro se ve o no. Toma unos pocos minutos revisar cada ojo.
Uno de los números está localizado de tal manera que al fijarse en él desaparezca el punto central al quedar ubicado en el punto ciego de la retina.
Si el punto negro cental no es visto en uno o más sitios numerados, que no sean el que corresponde al punto ciego, se asume que existe una deficiencia en el campo visual. Repetir el examen puede confirmar el déficit del campo visual y la especificidad del exámen, que significa su capacidad para identificar a quienes no tienen cierto problema, mientras es sensible en detectar a quienes sí lo tienen.
Para mejorar el funcionamiento de la perimetría oculocinética se han desarrollado nuevas cartillas con más localizaciones, además de otros factores de diseño como variar el tamaño de los puntos y los niveles de contraste.
La principal ventaja de la perimetría oculocinética es que es portátil, barata y fácil de usar. De ahí su conveniencia como exámen de detección cuando no se cuenta con un perímetro automatizado.
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