El efecto calorífico del sol se encuentra en los rayos infrarrojos IR. La atmósfera de la tierra absorbe una parte de la banda de los rayos infrarrojos, pero existen fuentes de rayos infrarrojos hechas por el hombre y son peligrosas para el tejido ocular.
En el ambiente laboral cualquier trabajo con altas temperaturas como hornos para la fabricación de vidrio, o la industria del hierrro y el acero son áreas en las que el riesgo de exposición a luz infrarroja deben evaluarse.
Muchos láseres emiten IR, en particular los usados en campos médicos como el YAG laser. Las lámparas de arco y cualquier fuente de calor radiante también emiten rayos infrarrojos.
Cada tejido ocular es vulnerable a los rayos infrarrojos ya que a cada paso la radiación IR es absorbida. Mientras que el daño por la radiación ultravioleta puede ser temporal, el efecto térmico de la radiación IR es más permanente aunque la absorción con frecuencia causa daño que se va acumulando con el tiempo.
Sin embargo, quienes están expuestos a altos niveles de radiación IR deben tomar en cuenta sus efectos y protegerse.
La córnea transmite la mayoría de los rayos infrarrojos de entre 700 y 1300 nm. Más allá los absorbe. El humor acuoso transmite la mayoría del IR. El cristalino absorbe una pequeña pero significativa cantidad de IR.
Una aún más pequeña proporción de IR es absorbida por el humor acuoso y el humor vítreo y el resto pasa hacia la retina.
El efecto de la radiación IR en los párpados va desde un leve enrojecimiento hasta quemaduras de tercer grado y eventualmente la muerte de la piel.
Las cataratas han sido asociadas desde 1739, con ciertos tipos de ocupaciones donde se mantiene una prolongada exposición a la radiación infrarroja.
El alemán Meyerhofer fué el primero en estudiar a los trabajadores del vidrio soplado a mediados de los 1800 e identificó la típica opacidad posterior del cristalino como un signo temprano de catarata inducida por radiación IR.
Los trabajadores del vidrio soplado, metalurgia, fabricación de cadenas y planchas de estaño, pueden estar expuesto a niveles importantes de esta radiación.
Como parte de la banda del IR es absorbida a medida que va atravesando el ojo, ningún rayo infrarrojo de más de 1400 nm alcanza la retina. Para que el daño ocurra la exposición acumulada necesita ser alta, aunque puede ser a través de muchas décadas.
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