Antes de hacerse un tatuaje se debe estar seguro de los riesgos que se corren, para tomar la mejor decisión.
Los tatuajes son marcas permanentes en la piel hechas con pigmentos insertados mediante pinchazos en la capa más exterior de la piel.
Generalmente se usa una máquina que funciona como una máquina de coser, con una o más agujas perforando la piel repetidamente. En cada perforación, las agujas insertan pequeñas gotas de tinta. El proceso, que se hace sin anestesia, causa una pequeña hemorragia y algo de dolor.
Los tatuajes rompen la piel, lo que significa que pueden ocurrir infecciones y otras complicaciones. Los riesgos específicos incluyen:
- reacciones alérgicas, incluso años después de haberse hecho el tatuaje
- infecciones en la piel que pueden causar enrojecimiento, inflamación, dolor y hasta pus
- pueden aparecer bolas llamadas granulomas alrededor del tatuaje o queloides que son áreas elevadas de sobrecicatrización
- si el equipo usado está contaminado puede contraer enfermedades que se transmiten a través de sangre enferma como tétano y hepatitis
- a veces, los tatuajes pueden causar inflamación durante exámenes de resonancia magnética
Si se experimenta alguna reacción alérgica o infección, puede ser necesario el uso de medicamentos e incluso la remoción del tatuaje.
Para asegurarse de que el tatuaje no será riesgoso verifique que la sala de tatuajes tenga buena reputación y empleados bien entrenados, además de contar con las licencias necesarias. Que el tatuador se lave las manos y use guantes nuevos; que use agujas de paquetes sellados antes de empezar, así como botes de pigmentos nuevos.
El cuidado del tatuaje incluye
- aplicar un antibiótico en la piel mientras sana
- mantener la piel limpia, usando agua y jabón pero sin restregar el área
- aplicar un humectante de piel varias veces al día
- evitar la exposición al sol por unas semanas
- evitar el uso de albercas mientras sana la herida
- acudir al médico si se sospecha de infección
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