Los científicos pueden haber descubierto la razón evolutiva detrás de porqué abrimos tanto los ojos cuando tenemos miedo y los entrecerramos cuando estamos enojados.
Nuevas investigaciones sugieren que tales expresiones faciales pueden haber evolucionado a partir de una reacción a los estímulos del medio ambiente para incrementar la sensibilidad y la agudeza visual.
En el caso del miedo, abrir mucho los ojos aumenta el campo de visión, brindando al cerebro más información visual para resolver de dónde viene la potencial amenaza.
Mientras que en el disgusto, los ojos se cierran levemente para bloquear el “ruido” visual y poder identificar la causa nociva del disgusto. Las reacciones son “compensaciones ópticas”, dicen los investigadores, que permiten mejorar la sensibilidad y agudeza visual.
El grupo usó medidas optométricas estándar para probar el modelo y confirmar los efectos.
El profesor Adam Anderson de la Universidad Cornell, que dirigió la investigación dijo: “las razones para esto es permitir a los ojos aprovechar las propiedades de la luz que son más útiles en estas situaciones.” La investigación es publicada en la Revista Psychological Science.
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