Investigadores de la Universidad de Arizona están desarrollando tecnología que convierte los smartphones en instrumentos para examinar los ojos que pueden prevenir a millones de personas de quedar ciegas.
Wolfgang Fink, profesor de ingeniería eléctrica y computacional e ingeniería biomédica, es el investigador en jefe del nuevo proyecto para crear “oftalmoscopios inteligentes”, que son instrumentos especializados para examinar varias partes del ojo.
Los aparatos, que pueden ser adaptados a cualquier smartphone, junto con un software le permitirá al profesional de la salud ocular, particularmente en áreas remotas, determinar rápida y fácilmente, si las personas están en riesgo de perder su visión.
“Nuestros oftalmoscopios permitirán hacer exámenes de la vista en lugares que de otra manera sería imposible,” dijo el Profesor Fink, director del Laboratorio de Investigación en Sistemas de Exploración Visual. “No son instrumentos de registro pasivos, sino herramientas de investigación con sofisticados procesadores de datos y capacidad analítica.”
El Profesor Fink dijo que serían comparables al típico equipo para el examen de la vista usado en el consultorio de un oculista, y aún así sería asequible, portátil y móvil, y fácil de usar.
“Todo lo que se necesita es una persona en bicicleta con un oftalmoscopio inteligente. Ellos pueden visitar y examinar personas de cualquier edad, en cualquier idioma, donde sea y cuando sea. No se necesitan grandes vehículos, equipo pesado o demasiado entrenamiento. Yo creo que la capacidad de este examinador de la visión portátil revolucionará la disponibilidad y economía de la salud rural, y el campo de la oftalmología en su conjunto.”
Así es como funciona: El usuario, que podría ser un trabajador de la salud, trabajador social, enfermera o paramédico, instala el smartphone en el oftalmoscopio, enfoca el ojo y toma una foto. Aprovechando las fotografías de alta resolución que toma el teléfono, el oftalmoscopio captura imágenes detalladas de los segmentos interiores y la superficie el ojo, sin necesidad de dilatar la pupila.
Enseguida, el usuario corre una aplicación del teléfono que transmite estas imágenes a un “sistema experto” remoto que usa un software inteligente para sugerir diagnósticos — como un médico humano — para proceso y análisis. En segundos, el resultado es retransmitido hacia el usuario y aparece en la pantalla del teléfono.
Un solo trabajador de la salud podría conducir unas 100 valoraciones iniciales en un día e inmediatamente poner a los pacientes en camino de un diagnóstico acertado y el tratamiento para los posibles padecimientos oculares.
El Sr. Fink hace énfasis en que los oftalmoscopios inteligentes no sustituyen el exámen y diagnóstico hecho por un especialista. Sin embargo, en ausencia de personal entrenado, dice, la gente en el campo puede hacer valoraciones iniciales, tales como sospecha de cataratas o glaucoma, y referir a los pacientes para su seguimiento.
La Fundación Nacional para la Ciencia ha premiado con 800,000 dólares este proyecto de investigación de tres años. Una de las partes del proyecto será implementar algoritmos para análisis de imágenes para brindar reportes médicos que ayuden a los oftalmólogos y otros especialistas en el cuidado de los ojos a hacer diagnósticos y recomendaciones para los pacientes.
El Sr. Fink es un pionero en la teleoftalmología, una rama de la telemedicina que funde la tecnología móvil y la medicina. Si los teléfonos ya se están usando para monitorear la presión sanguínea, los niveles de glucosa en la sangre y el ritmo cardíaco, pronto se usarán ampliamente para evaluar la salud ocular no solo en la tierra, sino en misiones espaciales de larga duración.
Referencia
Gracias al maestro Jesús Pacheco por enviar la información.