28 octubre 2015

Medicamento para la diabetes está relacionado con reducción en el riesgo de glaucoma

Se ha encontrado que un medicamento que se receta comúnmente, reduce el riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo abierto en pacientes con diabetes.

La metformina es un medicamento usado para control de pacientes con diabetes tipo 2. Este medicamento copia el efecto de la restricción calórica inhibiendo la secreción de glucosa al torrente sanguíneo.

Investigadores de las Universidades de Michigan e Indiana en Estados Unidos buscaron datos de 150,016 pacientes diabéticos, de los cuales casi 4% desarrollaron glaucoma de ángulo abierto.

Los pacientes que recibieron la máxima dosis de metformina en un período de 2 años, tuvieron una reducción de un 25% en el riesgo de desarrollar este tipo de glaucoma.

Los investigadores dicen: "Este estudio sugiere que la metformina puede afectar el riesgo de glaucoma de ángulo abierto en varios niveles... Si se confirma mediante estudios clínicos prospectivos, estos hallazgos podrían llevar a nuevos tratamientos."

La investigación fué públicada en la revista JAMA Ophthalmology.

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Foto de DMedina

21 octubre 2015

La presión intraocular como piedra angular del manejo de glaucoma

Escrito por Christopher W. Lievens, OD para Optometry Times

La medida y manejo de la presión intraocular PIO en pacientes con glaucoma es crítico. Aún con la llegada de nuevas tecnologías para monitorear la progresión y hacer diagnósticos más tempranos, la PIO sigue siendo un dato crucial en el exámen optométrico. El enfoque de todos los medios actuales para detener la progresión del glaucoma es el control de la PIO. Como tal, se impone, una cuidadosa revisión de los hechos y claves de investigación del glaucoma.

En Estados Unidos, el glaucoma es todavía una enfermedad muy prevalente. Es una de las principales causas de ceguera, donde más de 4 millones de americanos tienen un diagnóstico de glaucoma, y se espera que se tripliquen para 2050.

Se usan un gran número de pruebas diagnósticas para la detección y análisis de la progresión del glaucoma, incluyendo:

De los mencionados, la gonioscopía y tonometría serial son ocasionalmente omitidos en el cuidado del paciente con glaucoma. La gonioscopía es un procedimiento necesario para realizar cualquier diagnóstico de glaucoma porque el glaucoma de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado requieren diferentes tratamientos.

La gonioscopía debería realizarse también de manera rutinaria a medida que el paciente envejece porque el ángulo iridocorneal puede volverse angosto con el tiempo. La tonometría serial (normalmente definida como cuatro medidas de la PIO en un período de 4 horas) puede también estar siendo usada menos y sin embargo sigue ofreciendo resultados útiles.

Una variación grande de la PIO durante el día incrementa el riesgo para el paciente con glaucoma y debería ser monitoreada.

  • Advanced Glaucoma Intervention Study (AGIS). Podría decirse que una de las investigaciones más importantes sobre glaucoma ha sido el AGIS. Este estudio enroló a pacientes con glaucoma inestable (como el deteioro constante de los campos visuales o el avance del deterioro de la capa de fibras nerviosas con atrofia de la cabeza del nervio óptico). Es estudio incluyó 591 pacientes y registró el progreso de 789 ojos. El AGIS brindó tratamiento aleatoreamente con trabeculoplastía con laser de argón (ALT) o trabeculectomía quirúrgica.

    No hubo diferencia significativa en los resultados entre estos grupos de tratamiento. Sin embargo, un análisis de los datos reveló algunos puntos muy importantes relacionados con el manejo de la PIO en los pacientes con glaucoma inestable. Los ojos en los cuales el 100% de las visitas en un período de 6 años tuvieron una PIO menos a 18 mmHg también tuvieron registro de defectos en el campo visual cercanos a 0. Este resultado se contrapone al de los ojos que solo en 50% de las visitas tuvieron una PIO menor a 18 mmHg los defectos en los campos visuales progresaron. Más aún, mientras más baja la PIO, menor fué el deterioro del campo visual. Aquellos con 15 mmHg de PIO mostraron la mitad de progreso de deterioro que aquellos con 18 mmHg, y aquellos con 13 mmHg mostraron menos deterioro que los de 15 mmHg.

    Los resultados mostraron que con una menor PIO los pacientes tuvieron un mejor manejo. Así que en los pacientes con glaucoma inestable, mantener la PIO baja es un excelente objetivo.

  • Collaborative Initial Glaucoma Treatment Study (CIGTS). Este estudio contestó una pregunta que se tenía pendiente. Los optometristas con frecuencia ven a pacientes que se quejan de la terapia médica para glaucoma. La pregunta era si la cirugía para los recién diagnosticados podría mejorar la calidad de vida sin necesidad de usar medicamentos de manera regular. El CIGTS contestó esta pregunta mediante el examen de 607 pacientes recién diagnosticados con glaucoma y elegidos aleatoriamente para terapia con medicamentos o cirugía. Después de 5 años el resultado fué que la calidad de vida de los nuevos diagnosticados no había cambiado. A partir de ahí, los especialistas prescriben tratamientos en modalidades que son las mejores para cada individuo y no optan por la cirugía hasta que está indicada.
  • Collaborative Normal Tension Glaucoma Study (CNTS). Este estudio examinó a un grupo difícil de pacientes con glaucoma. Incluyó y dió seguimiento a 145 ojos con glaucoma de presión normal (ojos que en 10 medidas de PIO nunca había tenido valores de 24 mmHg) El objetivo del tratamiento fué un 30% de reducción de la PIO usando solo gotas, ALT, o trabeculectomía. Hubo un grupo en el que el daño avanzó a un ritmo de 80% sin terapia. Lo asombroso fué que en el grupo de tratamiento avanzó a un ritmo del 40%. El glaucoma de presión normal continúa siendo una enfermedad muy difícil de manejar.
  • Early Manifest Glaucoma Trial (EMGT). El EMGT fué otro ensayo que demostró la importancia de la PIO como piedra angular en el manejo del glaucoma. Los pacientes enlistados tuvieron defectos en el campo visual de leves a moderados y PIO, antes del tratamiento, de menos de 30 mmHg. La cuestión era si iniciar el tratamiento ya, posponer el inicio, o simplemente monitorear. Este estudio enlistó sujetos con glaucoma primario y algunos glaucomas secundarios. Unos 255 pacientes recien diagnosticados se seleccionaron aleatoreamente para ALT, tratamiento con beta-bloqueadores, o solo observación.

    No fué sorpresivo que en el grupo de observación el daño progresara 12 meses antes que en el grupo de tratamiento. La clave en el hallazgo de la PIO fué que cada 1 mmHg de decremento en el manejo de la PIO resultara en 10% de decremento en el riesgo de progresión.

    En este grupo multifacético de nuevos pacientes de glaucoma, la PIO más baja fué mejor, como fué el caso de los pacientes con glaucoma avanzado del AGIS.

  • Ocular Hypertension Treatment Study (OHTS). El OHTS fué uno de los ensayos más grandes dirigidos para el estudio del glaucoma. Fué un ensayo prospectivo de pacientes de entre 40 y 80 años de edad (1636 personas) con solamente hipertensión ocular (sin daño glaucomatoso), en el cual el 50% fué tratado y el 50% fué observado. La reducción de la PIO en el grupo de tratamiento redujo el riesgo solo en un 50% durante el período de investigación de 5 años. Este resultado fué algo sorpresivo porque muchos pronosticaban que el tratamiento preventivo sería mucho mejor.

    También se identificaron factores de riesgo muy importantes para la progresion hacia glaucoma primario de ángulo abierto: edad: incremento de 22% por década; raza: afro-americanos con mayor riesgo; PIO inicial: 10% de incremento por cada mmHg; córneas delgadas: riesgo mayor; relación copa/disco: 32% de incremento con 0.1 de incremento en la relación copa/disco; enfermedad del corazón: riesgo más alto

Esta revisión superficial de algunos ensayos de investigación de glaucoma muestra la importancia del control de la PIO. Mientras continúe siendo la piedra angular del manejo del glaucoma, será una pieza fundamental en el cuidado de los pacientes con la enfermedad.

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Foto de Natureworks

14 octubre 2015

Manejar con defectos en el campo visual central

Investigadores de la visión en Boston han publicado un artículo sobre un estudio diseñado para determinar si un conductor que sufre de pérdida de la visión central es capaz de detectar a los peatones a tiempo mientras maneja.

Una pérdida de la visión central, escotoma o área ciega en la visión central, se encuentra más comunmente en pacientes con degeneración macular relacionada con la edad DMRE.

Los pacientes con DMRE pueden manejar siempre que su agudeza visual al menos cumpla con los requisitos para una licencia restringida. Sin embargo, el tamaño y la localización del área ciega generalmente no se considera cuando se decide otorgar una licencia.

El propósito del estudio fue evaluar qué tanto de estas áreas ciegas retrasaban la respuesta al riesgo de los peatones; y el estudio fué hecho en el ambiente seguro de un simulador de manejo.

“Manejar con pérdida de la visión central II: cómo los escotomas afectan la detección de peligro al manejar con un simulador” ha sido publicado en septiembre de 2015 en PLOS ONE.

Esta investigación, dirigida por Alex Bowers, en su primera fase, documentada en JAMA Ophthalmology, mostró que los pacientes con áreas ciegas al lado a donde típicamente voltean, tienden a no ver a los peatones que vienen de ese lado. El estudio mostró que un área ciega localizada arriba o abajo del centro de interés probablemente bloqueará o retrasará la habilidad del conductor para detectar a los peatones que entran al campo de visión del lado de la calle. Estas reacciones tardías generalmente ocurren porque los peatones están total o parcialmente ocultos por el área ciega.

El resultado de los dos estudios sugiere que cualquier pérdida de la visión central retrasa la habilidad del conductor para detectar los movimientos peligrosos a tiempo para hacer la acción correctiva.

Estos datos debería ser útiles para que los clínicos asesoren a los pacientes con visión baja acerca de si deberían de seguir manejando, e incluso tomarse en consideración por las agencias responsables de dar las licencias de manejo.

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Foto de Alvimann

07 octubre 2015

Vitamina D y DMRE

Las mujeres con deficiencia de vitamina D pueden estar más expuestas a desarrollar degeneración macular relacionada con la edad DMRE, especialmente si tienen riesgo genético.

La información viene de un estudio que se hizo en Estados Unidos que muestra que mujeres con riesgo genético de DMRE y deficiencia de vitamina D tienen 6 veces más probabilidad de desarrollar la enfermedad, que aquellas sin riesgo genético o deficiencia.

Investigadores de la Universidad de Nueva York recolectaron datos de 1230 mujeres entre 54 y 74 años de edad como parte del Estudio de Carotenoides en Degeneración Macular Relacionada con la Edad (CAREDS por sus siglas en inglés). Las mujeres fueron reclutadas del Women's Health Initiative Observational Study, el mayor estudio longitudinal enfocado en la discapacidad, enfermedad y muerte en mas de 160000 mujeres postmenopáusicas en Estados Unidos.

Las medidas en el biomarcador en la corriente sanguínea, calcifediol, se usaron para medir los niveles de vitamina D, y se usaron datos genéticos para identificar a mujeres con una variante específica del gen CFH -mutación que ha estado asociada con riesto incrementado para DMRE.

CFH es una proteína involucrada en la respuesta inmune para destruir y remover los invasores extraños como bacterias y virus. Los investigadores creen que la proteína puede apuntar al drusen, que son los depósitos de proteína y lípidos que se acumulan en el ojo, especialemente en las primeras etapas de la DMRE, resultando en la inflamación que llevará a desarrollar la enfermedad.

“El cuerpo ve este drusen como una sustancia extraña y lo ataca”, dice Amy Millen, profesor asociado de epidemiología y salud ambiental en Buffalo. “Vemos más DMRE en personas que tienen ciertas variantes del gen que codifica la proteína CFH que está asociado con una respuesta inmune más agresiva.”

Se cree que estos hallazgos son los primeros en implicar los niveles de vitamina D en la DMRE, y su suplemento puede no ser la solución. Mientras el riesgo de DMRE fue más alto en mujeres con niveles de califediol bajos, incrementar los niveles no significó disminuir el riesgo.

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