escrito por Chloe Lambert para THE DAILY MAIL
Durante una revisión de rutina, un optometrista descubrió un tumor en el ojo de Kelly Luff. Tenía un melanoma maligno en el ojo y recibió una terapia conocida como braquiterapia de placa.
Kelly Luff llevó a sus hijos con el optometrista para una revisión de rutina y se le ocurrió revisarse ella también. Siempre había tenido un pequeño lunar en el iris del ojo izquierdo, sin que le causara molestias, pero cuando el optometrista lo vió con una lupa y una luz, le dijo que parecía un tumor. Le dijeron que tenía que revisar si era benigno o maligno y fué enviada al Moorfields Eye Hospital en Londres, donde se confirmó que el lunar era un melanoma.
Un melanoma maligno es algo que la gente asocia comúnmente con cáncer de piel. De hecho, un melanoma se define como melanocitos que se vuelven cancerosos, y también hay melanocitos en los ojos.
Las personas con piel clara y ojos verdes o azules tiene un mayor riesgo, aunque no se sabe porqué; y el riesgo aumenta con la edad. Tener un lunar en el iris, que en realidad es un conjunto de melanocitos, puede ser también factor de riesgo, explica Victoria Cohen, oncóloga en Moorfields. Una de cada 20 personas tiene lunares en los ojos, aunque pueden estar en la parte de atrás del ojo y no verse a simple vista, dijo. Así como en la piel, algunos de estos lunares tiene más probabilidad de convertirse en cáncer.
Un melanoma en el ojo puede causar molestias visuales como luces parpadeantes, visión borrosa o una sombra en la visión si el tumor está localizado cerca del fondo del ojo. Pero, como en el caso de Kelly, una tercera parte de los pacientes no tiene síntomas. Esta es la razón por la que se alienta a las personas a hacerse un exámen de la vista cada dos años y detectar problemas de este tipo, dijo la Sra. Cohen. Mientras más pronto se detecta un melanoma, hay mas oportunidad de salvar la visión y el ojo.
Alrededor de 600 personas son diagnosticadas con melanoma en el ojo en el Reino Unido cada año y la condición es más común entre las personas mayores de 50 años. Cancer Research UK estima que 84% de las personas diagnosticadas con cáncer ocular en etapas tempranas vivirán al menos cinco años después del diagnóstico.
Hay un buen tratamiento para el ojo pero el tumor puede extenderse hacia otras parte del cuerpo, y eso depende de la severidad del cáncer. Uno de los factores es el tamaño en el momento del diagnóstico.
Kelly fué diagnosticada en enero de 2014 y recibió un tipo de radioterapia conocida como braquiterapia de placa, donde una pequeña placa con poder radioactivo en un lado, es colocada en el ojo como lente de contacto. Esta placa proporciona una dosis concentrada de radioterapia en el tumor. La placa que es del tamaño de un penny, está hecha de plomo y plata para evitar que el poder radioactivo dañe el párpado.
El paciente debe permanecer en el hospital mientras recibe el tratamiento, y los visitantes pueden permanecer solo un corto período de tiempo como precaución debido a la radiación. El tratamiento toma 3 o 4 días, dependiendo del tamaño del tumor, con el disco radiactivo dentro del ojo todo el tiempo.
Seis meses después, los exámenes mostraron que el tratamiento había funcioando: el tumor había disminuído significativamente. Pero lo más importante es que ya no creció, porque si se propaga puede entrar al torrente sanguíneo, llegar al hígado y ahí ya hay muy poco qué hacer.
Generalmente si no hay recurrencia en dos años se considera un éxito aunque se mantiene la revisión del paciente durante diez años. Los tratamientos se diseñan para cada paciente en particular dependiendo del tamaño y la localización del melanoma, explica la Dra. Cohen.
Aunque el tratamiento con radioterapia está diseñado para preservar la visión, puede tener efectos secundarios, incluyendo cataratas o pérdida de la visión debido a que las células saludables de la retina pueden resultar dañadas.
Se recomienda a los adultos que se hagan un examen de la vista cada dos años, pero según una encuesta de Vision Express solo la mitad de los adultos en el Reino Unido visitan al optometrista cada 5 años, y el 8 por ciento nunca se han hecho un examen de la vista.
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