Las bacertias son capaces de sentir y moverse hacia la luz actuando como ojos microscópicos, de acuerdo a científicos.
Desde hace mucho tiempo se sabe que una pequeña bacteria es capaz de detectar y responder a la luz a fín de sobrevivir, pero investigadores en Londres aseguran que ahora hay evidencia de que los microbios enfocan la luz de una manera más parecida a como lo hace el ojo humano.
Al estudiar el organismo unicelular del estanque de lodo Synechocystis, investigadores fueron capaces de atraer al microorganismo hacia la fuente de un rayo de laser que brillaba en la superficie de un plato de bacterias.
El equipo observó que los rayos luminosos que entraban fueron refractados por una superficie bacterial esférica y enfocados en un punto en la parte de atrás de la célula. La bacteria entonces se movió en la dirección opuesta a este punto, quedando más cerca de la luz, que aprovechan para realizar la fotosínesis y obtener energía para poder crecer.
Los investigadores de la Queen Mary University de Londres dicen que este sistema de detección es sorprendentemente similar a la manera en que la luz es enfocada por la córnea del ojo hacia la retina.
Probablemente estos resultados determinen un punto clave de convergencia en la evolución entre una bacteria simple y organismos multicelulares más complejos como los humanos y los animales que tienen ojos tipo cámara.
El profesor Conrad Mullineaux, que dirige la investigación, dijo que el descubrimiento es un emocionante ejemplo de la historia evolutiva de la compleja detección de la luz.
Comentó: “Nuestra observación de que la bacteria es un objeto óptico es bastante obvio en retrospectiva, pero hasta ahora podemos verlo.
“Nadie lo notó antes, a pesar de que los científicos han estado observando las bacterias bajo el microscopio por los últimos 340 años.”
Los investigadores estiman que la Synechocystis, que vive en el agua y las piedras, puede detectar la luz con una resolución angular de 21 grados, comparado con un impresionante 0.02 grados en los humanos.
Esto sugiere que las bacterias, que son alrededor de medio billón de veces más pequeñas que un ojo humano, solo pueden percibir un contorno borroso de cualquier fuente de luz que les llega.
Los investigadores ahora están interesados en estudiar la habilidad de las bacterias no esféricas, en forma de bastón, para responder a la luz con la esperanza de entender más acerca de cómo evolucionaron nuestros ojos.
La investigación fué pulicada en la revista eLIFE.
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