Un equipo de producción digital de Sao Paulo, conocido como "Uno de los nuestros" produjo una impresión mediante el uso de una extensión de archivo especial disponible en las máquinas de ultrasonido nuevas. Limpiaron el líquido amniótico y otros fragmentos de interferencias, con lo que dieron una mayor definición a la forma del bebé.
A partir de ahí, un técnico en 3D imprime el archivo y añade un dispositivo de adhesión a la impresión para una mayor durabilidad. El resultado: Una placa en carbonita del bebé.
"El trabajo está teniendo un gran impacto y creemos que la demanda irá en aumento", dijo el fundador de “Uno de los nuestros” y CEO Caroline Rau, en portugués. "Los laboratorios quieren invertir más en este tipo de servicio para las personas con discapacidad visual, embarazadas."
“Uno de los nuestros” fue elegido debido a que ya tiene el conocimiento técnico para ejecutar la producción de impresión en 3D, dijo Rau.
La tecnología de impresión 3D a fetos ha existido desde al menos 2011. Antes de la mercantilización de la impresión en 3D, una empresa galesa encargó un proyecto para convertir los ultrasonidos 3D digitalizados en archivos compatibles con máquinas CNC, y las impresoras 3D industriales.
En 2012, la compañía japonesa Fasotec comenzó a ofrecer réplicas en miniatura 3D impresas de un feto a los padres que querían un recuerdo de su embarazo. Esas impresiones fueron encerradas en una resina transparente y no ayuda a los discapacitados visuales.
“Nos encantan los retos y siempre buscamos soluciones adecuadas para nuestros proyectos, ya sea simple, compleja, innovadora o tradicional", dijo Rau.
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