De acuerdo a las recomendaciones publicadas en el ejemplar de enero de Optometry and Vision Science, revista oficial de la Academia Americana de Optometría, todos los niños deberían someterse a un exámen de la vista en edades entre 36 y 72 meses, de preferencia cada año, usando métodos de revisión basados en pruebas y con referencia y seguimiento efectivos.
En el Centro Nacional de Salud Visual para Niños se hacen recomendaciones para el monitoreo de la salud visual en niños de edad preescolar incluyendo guías específicas para las pruebas.
Los niños de edad preescolar necesitan una revisión para detectar a tiempo problemas de visión, particularmente errores de refracción (problemas de visión que requieren el uso de lentes), ambliopía (ojo flojo), y estrabismo (desviación ocular). El diagnóstico temprano y su envío al optometrista o al oftalmólogo son importantes para el desarrollo del niño y su rendimiento escolar. Las recomendaciones se hacen con la intención de normar el desarrollo de programas de monitoreo de la salud visual en las escuelas.
Se recomiendan revisiones de la salud visual o exámenes completos de la vista para todos los niños, de entre 36 y 72 meses de edad. Los exámenes anuales se definen como la "mejor práctica"; monitoreos al menos una vez después de los tres años de edad es un "mínimo estándar aceptado".
Algunos niños, incluyendo aquellos con anormalidades oculares o de visión, y otros grupos de alto riesgo, necesitan ser enviados de inmediato con un profesional de la vista.
Se consideran dos "mejores prácticas" de detección: tomar la agudeza visual con cartillas de letras y pruebas basadas en instrumentos como autorrefractómetros. "Desafortunadamente, a muchos niños ni siquiera se les practican las pruebas de detección apropiadas para identificar a aquellos que necesitan atención ocular inmediata, ni un examen completo de la vista hecho por un especialista antes de empezar la escuela," comenta Anthony Adams, editor en jefe de Optometry and Vision Science.
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