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27 marzo 2019

Cambiar a medicamentos genéricos para tratar glaucoma, mejora el cumplimiento en su uso en 25%.

Los oftalmólogos buscando mejorar la adherencia de los pacientes, en el uso de los medicamentos para glaucoma, pueden tener un simple truco bajo la manga.

En un reciente análisis de cohorte longitudinal, cuyos resultados se publicaron en línea en Ophthalmology, los investigadores encontraron que el cambio a un medicamento genérico mejoró la adherencia hasta en un 25%. La adherencia a los medicamentos es un problema importante, ya que más de la mitad de los pacientes con glaucoma no se aplican sus medicamentos según lo prescrito.

De acuerdo con investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y la Facultad de Farmacia de la Universidad de Michigan, el costo de los medicamentos para el glaucoma podría ser parte del problema. "Los costos de los medicamentos para el glaucoma pueden exceder los $100 dólares por mes, y el alto costo de los medicamentos puede disuadir a los pacientes con un presupuesto ajustado de comprar y tomar sus medicamentos de manera consistente según lo recetado", dice Joshua D. Stein, médico asociado profesor de oftalmología en la Universidad de Michigan y autor principal del estudio. "Si un especialista sospecha que el paciente tiene problemas de adherencia al medicamento, puede ser buena idea cambiar de medicamento de marca a medicamento genérico."

La aparición de latanoprost genérico en 2011 le dió a los pacientes una opción más barata y a los investigadores la oportunidad de averiguar si el costo era in factor importante.

El Dr. Stein y sus colaboradores examinaron datos de reclamaciones de 8427 pacientes con glaucoma de 18 meses antes y después de que el latanoprost genérico estuviera disponible. Encontraron que la adherencia al medicamento mejoró entre los pacientes que cambiaron al producto genérico. "Es reconfortante descubrir que cambiar a los pacientes a medicamentos genéricos más asequibles, puede ser una solución efectiva para un grupo de pacientes que tiene dificultad con la adherencia," dijo el Dr. Stein.

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Foto de Pexels

20 marzo 2019

Blefaritis en niños.

Escrito por Julie Tyler y Rachel A. Coulter para Optometry Times.

Cuando un paciente pediátrico se presenta con irritación, comezón y enrojecimiento en el borde de los párpados, diagnosticar blefaritis puede ser la parte fácil del problema. Implementar un tratamiento para pacientes infantiles requiere que el optometrista use no solo su conocimiento sino su arte clínico.

Es imposible pasar por alto los signos reveladores de la blefaritis. Los hallazgos oculares comunes incluyen inflamación bilateral de párpados y costra dura, fibrinosa, y escamas, con desviaciones o pérdida ocasional de pestañas.

La aparición de la blefaritis generalmente ocurre entre los 6 y los 10 años de edad. La prevalencia de la blefaritis en la población infantil está creciendo, debido al aumento en el uso de lentes de contacto pediátricas, particularmente lentes de ortoqueratología, en esta población.

Con base en la localización anatómica de la inflamación, la blefaritis puede ser anterior y posterior. La blefaritis anterior incluye la piel del "párpado externo" y las pestañas, mientras que la blefaritis posterior incluye la unión mucosa cutánea del párpado y las glándulas de Meibomio. Ambos tipos ocurren comúnmente en niños, donde las escamas a lo largo de la piel del párpado y las pestañas caracterizan a la blefaritis anterior, y es más frecuente que la blefaritis posterior, que provoca mal funcionamiento de las glándulas de Meibomio.

Las causas más frecuentes de blefaritis incluyen:

  • crecimiento anormal de bacterias, más comúnmente las especies de estafilococos
  • dermatitis seborréica caracterizada por caspa del cuero cabelludo, cejas y piel
  • glándulas de Meibomio obstruidas o que funcionan mal
  • combinación de dos o más de las anteriores causas

Las glándulas enferman cuando las secreciones son espesas, provocando inflamación y obstrucción de las mismas glándulas.

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Foto de Isakarakus

13 marzo 2019

Evaluando la evidencia para el control de la miopía.

Escrito por Selina Powell para Optometry Today.

La atropina puede ser el método más efectivo para controlar la miopía, pero se necesitan investigaciones posteriores antes de que el tratamiento pueda ser recomendado, dijo el Profesor Augusto Azuara-Blanco a los delegados al evento 100% Optical (12–14 enero, ExCeL London).

Al evaluar la evidencia acumulada sobre miopía, el profesor Azuara-Blanco destacó que se completaron más de 580 ensayos controlados aleatorios sobre el tema. Sin embargo, observó que los ensayos pueden no ser conclusivos o tener un alto riesgo de sesgo.

Un ensayo bien diseñado incorporará varios factores, que incluyen el ocultamiento de la asignación, los tratamientos de control y una baja tasa de deserción. El informe selectivo también puede influir en cuáles investigaciones se publican. "Si usted es un investigador y realiza un ensayo en el que no encuentra una diferencia, es menos probable que se publique el ensayo", dijo el profesor Azuara-Blanco.

Enfatizó la importancia de las revisiones sistemáticas para determinar si un tratamiento es efectivo. Es posible que se pueda encontrar un efecto en un solo ensayo por casualidad, compartió el profesor Azuara-Blanco. "Es solo la acumulación de pruebas individuales lo que le dará confianza para decir que un efecto es verdadero", enfatizó.

En cuanto a la evidencia disponible sobre la miopía, compartió los resultados de una Revisión Cochrane sobre la miopía en niños. La revisión encontró que las lentes de contacto permeables al gas con corrección insuficiente no tuvieron efecto, mientras que las lentes multifocales disminuyen la progresión de la miopía, pero solo ligeramente.

El profesor Azuara-Blanco mencionó una evaluación de ortoqueratología en 2011 que analizó los resultados de 13 estudios. Solo uno de esos estudios era de alta calidad. La evaluación sugirió que, si bien la ortoqueratología puede funcionar, el efecto no es muy grande.

Finalmente, un meta-análisis de 2016 con 30 ensayos de miopía concluyó que la intervención más efectiva puede ser farmacológica. El profesor Azuara-Blanco dijo que no hay estudios grandes en poblaciones europeas que usen atropina y, en la actualidad, no hay pruebas suficientes para recomendarla como tratamiento.

Él dirige un ensayo aleatorizado multicéntrico que evalúa las gotas oculares de atropina en dosis bajas para niños con miopía. El ensayo involucra a 289 niños miopes, 96 recibieron un placebo y 193 administraron una gota de atropina al 0.01% en cada ojo todos los días durante dos años.

El ensayo también medirá el cumplimiento del tratamiento, compartió el profesor Azuara-Blanco. Después del tratamiento de dos años, se dará un seguimiento de cinco años.

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06 marzo 2019

De la hojita del calendario.

“Cuando nos aferramos agresivamente a nuestras propias opiniones, por muy válida que sea nuestra causa, simplemente estamos añadiendo más agresión y violencia a nuestro planeta, y por tanto aumentando su dolor. Cultivar la no agresión es cultivar la paz.”

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