Escrito por Benjamin P. Casella para Optometry Times.
Yo tengo una familia con historial de glaucoma. También duermo con almohada. No sé exactamente cómo está acomodada mi cabeza en la almohada durante la noche porque estoy dormido. Tener antecedentes familiares de glaucoma, edad avanzada y miopía me ponen en un alto riesgo de glaucoma.
Dicho lo anterior, ¿estoy en un riesgo mayor debido a cómo me acomodo en la almohada? Un estudio reciente publicado en Acta Ophthalmologica me llevó a reflexionar sobre esta pregunta.
En este estudio prospectivo de caso-control, los investigadores buscaron determinar si hundir la cabeza en la almohada lleva a un incremento clínicamente significativo de la presión intraocular (PIO).
También buscaron determinar si una concha ocular protetora tiene algún efecto en este caso. Participaron en el estudio once pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto y once controles.
Se colocó un sensor sobre el párpado (epipalpebral) derecho de todos los pacientes. La relación entre la presión medida con un sensor epipalpebral y la PIO fue calibrada midiéndola con un tonómetro de Goldman.
Luego los participantes simularon dormir en una posición con sus cabezas hundidas en la almohada. La presión epiplapebral fue medida a través del párpado superior, y la PIO fué estimada en base a las calibraciones previas.
Los pacientes completaron el estudio con y sin la concha protectora para determinar si proteger sus ojos de la presión de la almohada tenía algún efecto tangible en la PIO.
La PIO promedio mientras estaban en posición de dormir se incrementó en más de 19 mmHg en los participantes con glaucoma y 28 mmHg en el grupo control; ambos grupos sin concha protectora.
Cuando los participantes usaron la concha protectora en la posición de dormir, su PIO estimada se redujo comparativamente en más de 16 mmHg en el grupo de glaucoma y más de 25 mmHg en el grupo de control. Los investigadores concluyeron que usar conchas protectoras mientras se duerme puede ser una opción de tratamiento para glaucoma.
Es de destacar que, con 11 pacientes con glaucoma y 11 controles, el tamaño de la muestra de este estudio es bastante pequeño. Se necesitan más estudios a mayor escala para demostrar que la posición de uno sobre una almohada puede tener un efecto tan sustancial en la PIO. Sin embargo, los resultados tienen sentido. Ya se sabe que la PIO tiende a ser más alta al estar acostados.
En un estudio anterior, publicado en 2014, se encontró que 25 de los 30 participantes tuvieron PIO más baja cuando dormían con la cabeza más inclinada hacia arriba.
Estudios como estos apuntan al hecho de que el tratamiento del glaucoma se está volviendo más y más individualizado, como debería ser.
La exploración de estos enfoques diversos nos brindará los medios para comprender mejor cómo se comporta la PIO fuera de nuestro horario de oficina, así como los medios para actuar sobre esa información.
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