Escrito por Greg Hill para Optometry Times.
Debido a que el glaucoma es una de las enfermedades más prevalentes en el mundo, los optometristas están familiarizados con las mejores prácticas para el manejo de la enfermedad. Pero ¿realmente entienden los cuidados del glaucoma tan bien como creen? Tal vez no.
De acuerdo con Joseph Sowka, del Nova Southeastern University College of Optometry, en particular los optometristas deberían estar atentos a varios errores generalizados en el manejo del glaucoma para brindar una mejor atención a sus pacientes.
Por ejemplo, la tomografía de coherencia óptica (OCT) es una herramienta indispensable para diagnosticar el glaucoma, pero un problema común que enfrentan los proveedores inexpertos es la excesiva dependencia de esta imagen. "El uso excesivo y el énfasis excesivo en la tecnología de imagen, la exclusión de los otros hallazgos clínicos y la evaluación de los factores de riesgo pueden poner al paciente en algún grado de peligro", dice el Dr. Sowka.
En particular, los problemas de imagen como la calidad de la señal, las tasas de parpadeo o los errores de segmentación pueden producir datos erróneos. Entonces, ¿cuánta confianza se deben tener en la OCT para diagnosticar el glaucoma?
De acuerdo al Dr. Sowka, los optometristas deberían confiar en sus evaluaciones iniciales mientras se cuenta con los resultados de la imagen. En otras palabras, deben preguntarse a si mismos qué tan seguros estaban de que el paciente pudiera tener riesgo de glaucoma antes de ver la imágenes de la OCT. "La OCT no debería cambiar completamente su opinión", dice.
Otra falla común que enfrentan los optometristas es la creencia de que el glaucoma causa palidez en el disco. Como regla, palidez, excavación excesiva, indica algo diferente, además de glaucoma. Los optometristas deben evaluar la fisiología del disco para encontrar pistas sobre qué condiciones pueden estar presentes. "Nada marca un nervio como el glaucoma", dice el Dr. Sowka.
Las herramientas como el análisis de los campos visuales utilizado junto con el análisis de fibras nerviosas, los historiales médicos y las evaluaciones físicas son fundamentales para analizar estas afecciones. "Todavía necesitamos realizar campos en la era de las imágenes porque a veces no se trata de glaucoma", dice.
Cuando un estado de enfermedad se disfraza como otra condición, es común que los valores de prueba o las imágenes caigan fuera de los valores esperados. Pero solo porque un valor esté fuera de un rango estándar, eso no significa necesariamente que exista un problema. Este fenómeno se conoce como enfermedad roja.
Por el contrario, puede haber procesos glaucomatosos en un paciente disfrazado de no enfermedad. Esto se conoce como enfermedad verde.
Ambos resultados tienden a aumentar en prevalencia cuando los optometristas confían demasiado en las herramientas y máquinas de imágenes para hacer diagnósticos. A menudo, las entradas de datos que toman estas decisiones pueden ser falaces. "No se deben tomar decisiones clínicas basadas en datos incorrectos", dice el Dr. Sowka.
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