Debido a la pandemia de Covid-19, la Academia Americana de Oftalmología considera esencial que todos los oftalmólogos dejen de brindar cualquier tratamiento que no sea urgente o de emergencia de inmediato.
Esta recomendación cuenta con el respaldo de la Junta de Fideicomisarios de la Academia y las siguientes organizaciones: Asociación Americana de Oftalmología y Estrabismo Pediátrico, Sociedad Americana de Glaucoma, Consejo Estadounidense de Ortóptica, Sociedad Americana de Cirugía Refractiva y Catarata, Sociedad Americana de Cirugía Plástica y Reconstructiva Oftálmica, entre otras.
Ahora vivimos y ejercemos en una realidad médica muy diferente: una pandemia viral en rápida evolución que, si no se controla, mata a millones de estadounidenses y a decenas de millones en todo el mundo. Los expertos en salud pública están de acuerdo en que debemos hacer dos cosas con urgencia.
Primero, debemos reducir el riesgo de transmisión del virus SARS-CoV-2 de humano a humano y la tasa de aparición de nuevos casos. Solo de esa manera podemos "aplanar la curva" y no abrumar nuestro muy limitado suministro de camas de hospital, camas de UCI, ventiladores y máquinas de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO). Ya hemos llegado a esa etapa en algunas áreas metropolitanas muy afectadas.
En segundo lugar, debemos conservar los suministros médicos desechables necesarios y centrarlos en los hospitales donde más se necesitan.
Esta enfermedad ahora se encuentra en todos los estados y la cantidad de casos nuevos se duplica cada 1-2 días. Ya, un puñado de nuestros colegas oftalmólogos han muerto por COVID-19. Es esencial que nosotros, como médicos y como seres humanos responsables, hagamos lo que podamos y debamos para reducir la transmisión del virus y mejorar la capacidad de nuestra nación para atender a aquellos que están enfermos. Los expertos en salud pública acuerdan por unanimidad que nuestra ventana para modificar la propagación de la enfermedad es estrecha y cerrada.
En consecuencia, la Academia Americana de Oftalmología (American Academy of Ophthalmology) recomienda encarecidamente que todos los oftalmólogos brinden solo atención urgente o de emergencia. Esto incluye tanto la atención en el consultorio como la atención quirúrgica.
La Academia reconoce que la "urgencia" está determinada por el criterio del médico y siempre debe tener en cuenta las circunstancias médicas y sociales de cada paciente. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad social de no funcionar como un vector de una enfermedad potencialmente mortal, y para la cual no existe actualmente un tratamiento o vacuna ampliamente disponible.
Todos los demás factores (negocios, finanzas, inconvenientes, etc.) son remotamente secundarios. Esta es una crisis existencial. Nosotros, como médicos, debemos responder y apoyar a nuestros colegas y nuestras comunidades.
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