Una ex esteticista se arriesgó a quedar ciega por tatuarse los globos oculares, por lo que permanentemente tienen un tono morado azulado.
Sara Night, de 32 años, jura que el procedimiento fue indoloro, alegando que la cirugía ocular con láser que había tenido unas semanas antes le dolió más.
La entusiasta de la modificación corporal ya tiene tinta en el 70 por ciento de su cuerpo -además de lengua bífida mediante cirugía.
"Me tomó un tiempo decidirme, pero estoy contenta de haberlo hecho. No se conoce bien el efecto a largo plazo de los tatuajes oculares.
"No tengo idea de cómo reaccionará mi cuerpo dentro de 10 o 20 años, pero como veo las cosas, es el siglo 21 y la gente debería ser capaz de hacer lo que le guste en sus cuerpos."
Aunque ella cree que su tolerancia al dolor ha disminuído con los años, insiste en que el tatuaje ocular no fue más que una incomodidad menor.
El procedimiento, que fue hecho en un estudio en Camden, al norte de Londres, incluyó inyectar tinta directamente en la capa superior de la esclerótica, la parte blanca del ojo.
Habló de los posibles riesgos -incluyendo ceguera permanente- antes de hacer el tatuaje.
Sara explicó: "Fue realmente aterrador, pero pensé: He llegado hasta aquí, no puedo retroceder ahora."
Es necesaria mucha precisión. "Si hubiera movido mi ojo tan solo unos milímetros durante el procedimiento, podría haber quedado ciega", dijo.
"Creo que las personas suponen que uso lentes de contacto. Se impresionan cuando les digo que es un tatuaje", dijo.
Referencia