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29 abril 2020

Conjuntivitis infecciosa.

La conjuntivitis infeccionsa es una inflamación de la conjuntiva, que es la membrana mucosa que cubre la parte interior de los párpados. Normalmente afecta ambos ojos al mismo tiempo, aunque puede empezar en un ojo y transferirse al otro después de un día o dos.

En algunos casos es asimétrica y más severa en el primero ojo.

La conjuntivitis puede ser causada por virus o bacterias y aunque generalmente no es grave puede ser muy desagradable.

La conjuntivitis viral es la causa más frecuente de conjuntivitis infecciosa. Está relacionada con resfriados y usualmente causada por adenovirus.

Este tipo de conjuntivitis es muy contagiosa y puede fácilmente transmitirse de persona a persona e incluso causar epidemias. Se transmite directamente mediante las manos contaminadas o el uso de objetos contaminados como toallas o almohadas.

Por otro lado, en las conjuntivitis bacterianas, estos microorganismos pueden originarse en la piel del paciente, en el tracto respiratorio o pueden ser transmitidas por otra persona que tiene conjuntivitis. En raras ocasiones son causadas por gérmenes más agresivos como la pseudomona aeruginosa en los estuches de lentes de contacto.

Los síntomas de conjuntivitis viral son : ojos rojos, puede haber un aumento del tamaño de los nódulos linfáticos, que puede causar dolor alrededor del cuello.

Este tipo de conjuntivitis también puede afectar la córnea (queratitis), que pueden llevar a reducción de la visión.

Las conjuntivitis bacteriales afectan ambos ojos por igual. Estos síntomas son usualmente menos severos e incluyen: incomodidad de los párpados, enrojecimiento de ojos, comezón y sensación de cuerpo extraño, secreciones, normalmente con mucho moco, que puede pegar los párpados por las mañanas, no causa una incomodidad considerable, pero puede provocar visión borrosa debido a las secreciones.

Las conjuntivitis se diagnostican a través de la evaluación clínica por un oftalmólogo. Si se sospecha, puede haber una prueba específica para buscar el adenovirus en la conjuntiva.

No hay un tratamiento efectivo para la conjuntivitis viral. Se da tratamiento con lubricantes para disminuir la incomodidad.

Debido a que es muy contagiosa es esencial seguir las estrictas regulaciones de higiene con respecto a lavarse las manos, la cara y los objetos que se sospeche estén infectados.

Cuando la causa es específicamente el virus del herpes, se requiere de un tratamiento antiviral específico.

En cualquier caso, solo el oftalmólogo puede recetar corticosteroides.

La conjuntivitis bacterial normalmente es tratada con antibioticos de amplio espectro en gotas para los ojos o ungüento. Además las secreciones deben ser removidas mediante enjuagues de solución salina.

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Foto de Elina Krima

22 abril 2020

La necesidad de farmacovigilancia en la práctica oftálmica.

Escrito por Sundaram Natarajan para Indian Journal of Ophthalmology.

La farmacovigilancia se encarga de monitorear los efectos de los medicamentos, después de que haya sido aprobado su uso, para identificar y evaluar reacciones adversas a medicamentos (RAM) que previamente no se hayan reportado. En general, trata con la detección, evaluación, entendimiento, y prevención de efectos adversos o cualquier otro problema posiblemente relacionado con medicamentos.

Con frecuencia decimos que los ojos son la ventana del alma. Las miles de manifestaciones oculares de enfermedades sistémicas encontradas en la práctica clínica dan testimonio de esa afirmación. Por lo tanto es lógico que varios agente farmacológicos usados para tratar enfermedades sistémicas, a través de diversos mecanismos puedan tener un efecto en el ojo también. Pero es igualmente plausible que un medicamento de uso ocular pueda ser absorbido en el sistema circulatorio y resulte en efectos adversos en cualquier parte del cuerpo. La cuestión es qué tan atentos estamos en detectar, tratar y reportar esos efectos.

Por ejemplo, sildenafil fué inicialmente desarrollado como medicamento para tratar la angina. Pronto evolucionó para convertirse en el fármaco de elección para la disfunción eréctil. Con el tiempo, se observó que el fármaco reduce selectivamente la presión pulmonar y la resistencia vascular pulmonar en pacientes con hipertensión arterial pulmonar. Ahora el medicamento está aprobado por la FDA en el tratamiento de hipertensión pulmonar.

Recientemente, ha habido muchos reportes relacionando el uso de sildenafil con neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (NOI). Mientras estudios subsecuentes no han establecido una clara relación causal, la FDA les pide a todos los médicos que prescribien ese medicamento, explicar a sus pacientes el bajo pero posible riesgo de sufrir NOI.

Pero la farmacovigilancia no termina con el reporte sino que es un proceso continuo que va más allá de documentar las RAM. Muchos fármacos pueden estar erróneamente etiquetados como "peligrosos" simplemente por un reporte de evento adverso.

El uso intravitreal de anti-factor de crecimiento endotelial vascular o anti-VEGF, en algún momento se consideró directamente responsable de eventos tromboembólicos en pacientes que recibieron estas inyecciones. Sin embargo, estudios subsecuentes establecieron que la incidencia de eventos vasculares en dichos pacientes estaba asociado con una edad mayor más que con la terapia recibida.

Además, la tasa de incidencia de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y muerte entre los pacientes tratados con anti-VEGF no fue significativamente mayor que la tasa de incidencia ajustada por edad de estos eventos en la población general.

La oftalmología ha cambiado drásticamente en las últimas dos décadas: los anti-VEGF intravítreos son ahora la primera línea de tratamiento en el edema macular diabético y los análogos tópicos de prostaglandinas se usan habitualmente como medicamentos de primera línea en el glaucoma. Si hemos mejorado nuestro juego en farmacoterapia, ¿por qué debería retrasarse nuestra farmacovigilancia?

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Foto de Anna Shvets

15 abril 2020

De la hojita del calendario

Quizás otro virus, ideológico y mucho más beneficioso, se propague y con suerte nos infectará: el virus de pensar en una sociedad alternativa, una sociedad más allá del estado-nación, una sociedad que se actualiza a sí misma en las formas de solidaridad y cooperación global.

Imagen de Dallas News

08 abril 2020

Usando decorina para ayudar a sanar el ojo.

Un ingrediente comestible común aprobado por la FDA podría ser el eslabón perdido hacia un nuevo enfoque para la curación corneal.

La Profesora de la Universidad de Birmingham, Dra. Lisa Hill, compartió los beneficios de usar goma gellan en gotas oculares, durante su presentación “Revolucionando los tratamientos para cicatricación de la superficie ocular”, en 100% Optical.

La Dra Hill resaltó que las gotas de goma gellan se pueden combinar con la decorina, para reducir las cicatrices en la superficie corneal.

Experimentos en ratones revelaron el sorprendente hallazgo de que las gotas oculares de goma gellan por sí solas ayudan a curar el ojo. “Estuvimos usando el gel como un mecanismo de administración pero el gel en sí mismo tuvo un efecto,” dijo la Dra. Hill.

La adición de goma gellan a las gotas oculares ayuda al gel a quedarse en la superficie del ojo por más tiempo, liberando lentamente la decorina.

Los primeros experimentos mostraron que la decorina fue liberada durante un período de 4 horas, con una dosis más grande durante la primera hora.

A finales de este año comenzará un ensayo clínico que investigue la efectividad de la gota ocular en el tratamiento de pacientes con queratitis bacteriana.

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Foto de Xusenru

02 abril 2020

Nuevas recomendaciones para el cuidado ocular urgente y no urgente.

Debido a la pandemia de COVID-19, la Academia Americana de Oftalmología ahora considera esencial que todos los oftalmólogos dejen de proporcionar de inmediato cualquier tratamiento que no sea atención urgente o de emergencia.

Esta recomendación cuenta con el respaldo de la Junta de Fideicomisarios de la Academia y las siguientes organizaciones: Asociación Americana de Oftalmología y Estrabismo Pediátrico, Sociedad Americana de Glaucoma, Consejo Americano de Ortóptica, entre otras.

Ahora vivimos en una realidad médica muy diferente: una pandemia viral en rápida evolución que, si no se controla, mata a millones de estadounidenses y a decenas de millones en todo el mundo. Los expertos en salud pública están de acuerdo en que debemos hacer dos cosas con urgencia.

Primero, debemos reducir el riesgo de transmisión del virus SARS-CoV-2 de humano a humano y la tasa de desarrollo de nuevos casos. Solo de esa manera podemos "aplanar la curva" y no abrumar nuestro suministro muy limitado de camas de hospital, camas de UCI, ventiladores y máquinas de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO). Ya hemos llegado a esa etapa en algunas áreas metropolitanas muy afectadas.

En segundo lugar, como nación debemos conservar los suministros médicos desechables necesarios y centrarlos en los hospitales donde más se necesitan.

Esta enfermedad ahora se encuentra en todos los estados y la cantidad de casos nuevos se duplica cada 1-2 días. Ya, un puñado de nuestros colegas oftalmólogos han muerto por COVID-19. Es esencial que nosotros, como médicos y como seres humanos responsables, hagamos lo que podamos y debamos para reducir la transmisión del virus y mejorar la capacidad de nuestra nación para atender a los enfermos.

En consecuencia, la Academia Americana de Oftalmología (American Academy of Ophthalmology) recomienda encarecidamente que todos los oftalmólogos brinden solo atención urgente o de emergencia. Esto incluye tanto la atención en el consultorio como la atención quirúrgica.

La Academia reconoce que la "urgencia" está determinada por el criterio del médico y siempre debe tener en cuenta las circunstancias médicas y sociales de cada paciente. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad social de no funcionar como un vector de una enfermedad potencialmente mortal, y para la cual actualmente no existe un tratamiento o vacuna ampliamente disponible.

Todos los demás factores (negocios, finanzas, inconvenientes, etc.) son remotamente secundarios. Esta es una crisis existencial. Nosotros, como médicos, debemos responder y apoyar a nuestros colegas y nuestras comunidades.

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Foto de Cottonbro