Escrito por Sunita Radhakrishnan, MD para Glaucoma Research Foundation.
Esta forma de glaucoma secundario es causada por la formación anormal de nuevos vasos sanguíneos en el iris y sobre los canales de drenaje del ojo.
El glaucoma neovascular es un tipo de glaucoma secundario asociado con desórdenes que reducen el flujo de sangre a la retina.
Cuando la retina no recibe suficiente sangre se produce un factor de crecimiento que ayuda a la formación de nuevos vasos sanguíneos. Sin embargo, estos vasos nuevos son defectuosos, y pueden causar sangrado e inflamación, seguidos de desgarros.
También pueden crecer en lugares equivocados. Cuando estos nuevos vasos se forman en los canales de drenaje del ojo, el fluído (humor acuoso) puede bloquearse y provocar un aumento de la presión intraocular, condición que daña el nervio óptico.
Los síntomas de este tipo de glaucoma pueden incluir dolor, ojo rojo, y pérdida de visión. Este tipo de glaucoma nunca ocurre por sí solo y siempre está asociado con otras anormalidades como diabetes o la oclusión de las venas de la retina.
El tratamiento del glaucoma neovascular consiste en dos etapas. El problema de la retina es tratado con medicamentos antiangiogénicos (para inhibir el crecimiento de vasos nuevos) y tratamiento laser en la retina para reducir o eliminar el crecimiento de vasos.
Además, el glaucoma es tratado disminuyendo la presión intraocular.
En este glaucoma los medicamentos para bajar la presión no son muy efectivos en la mayoría de los pacientes y requieren algún tipo de procedimiento como el dispositivo de drenaje o ciclofotocoagulación laser. La elección del tratamiento depende del estado de la enfermedad y cuánta visión se haya perdido.
Aunque es difícil de tratar, si el glaucoma neovascular es tratado a tiempo, puede conservarse la visión.
Referencia