Escrito por Tori Rodriguez para Ophthalmology Advisor.
Mientras que los efectos del consumo de alcohol en órganos como el hígado o el cerebro son bien conocidos, el impacto ocular de beber alcohol es menos entendido por los pacientes.
Pero el consumo excesivo de alcohol puede llevar a una variedad de efectos adversos en el ojo, que van desde un daño menor y reversible hasta uno debilitante y permanente.
Los Centros de Control de Enfermedades y Prevención de Estados Unidos definen el exceso de consumo de alcohol como 4 o más tragos en una sola ocasión para mujeres y 5 o más tragos en una sola ocasión para hombres, o una ingesta semanal total de 8 o más tragos para mujeres y 15 o más para hombres.
“En el corto plazo, el consumo de alcohol causa resequedad y enrojecimiento ocular debido a la vasodilatación de la superficie ocular,” dice Esen K Alpek, profesor de Oftalmología en el Johns Hopkins University en Baltimore, Estados Unidos.
Con el uso crónico, pueden desarrollarse deficiencias nutricionales y resultar en problemas más serios. Por ejemplo, la deficiencia de vitamina A puede llavar a complicaciones corneales y ceguera, y la deficiencia de vitamina B1 puede causar disfunción motora ocular por encefalopatía de Wernicke.
Adicionalmente, el consumo crónico de alcohol puede llevar a deficiencias en la vitamina B12, y estas deficiencias pueden causar neuropatía óptica tóxica la cual resulta en pérdida permanente de la visión, según explica Victoria Tseng del departamento de Oftalmología en la Universidad de California en Los Angeles.
Algunos estudios también sugieren que el consumo excesivo de alcohol puede estar asociado con el aumento del riesgo de la formación de cataratas, que puede estar relacionada con estrés oxidativo, a través de mecanismos patofisiológicos que necesitan ser examinados en detalle.
Algunos estudios también indican una relación entre la ingesta crónica de alcohol y enfermedades oculares crónicas como degeneración macular relacionada con la edad, glaucoma y retinopatía diabética.
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